Cerámicas (Primera Generación)

Las cerámicas con aplicaciones médicas constituyen un interesante campo de investigación y desarrollo para la fabricación y fijación de implantes. Se introdujeron en la década de los 70 como solución a los problemas de encapsulación, es decir recubrimiento por tejido fibroso, sufrido en los implantes de acero inoxidable, aleaciones de cobalto o PMMA.

Óxidos Multifuncionales.

Las primeras cerámicas utilizadas en aplicaciones médicas fueron la alúmina y la circonita, caracterizadas por una cinética de reacción muy lenta, son casi inertes, razón por la cual fueron elegidas para su utilización en implantes.

Sulfato de Calcio (Yeso).

En 1953 se desarrollaron investigaciones acerca del yeso conteniendo antibióticos concluyéndose que este puede constituir una técnica simple para el tratamiento de infecciones óseas. Presenta las siguientes ventajas: biocompatibilidad, disponibilidad, bajo coste. Por otro lado, presenta un número de desventajas que lo hacen inferior a otros materiales: No posee soporte estructural tendiendo a perder propiedades mecánicas, requiere de un adecuado procesamiento para eliminar impurezas.

Fosfato de Calcio (Hidroxiapatita).

Se ha encontrado que diversas formas sintéticas de hidroxiapatita (fosfato de calcio cristalino) resultan ser química y cristalográficamente similares a la hidroxiapatita natural del hueso. La biocompatibilidad de la hidroxiapatita se desprende de los resultados obtenidos en implantaciones ausencia de toxicidad y que no produce inflamaciones. Al igual que otras cerámicas de fosfato de calcio la hidroxiapatita es biodegradable, siendo la velocidad de biodegradación función de la porosidad.
A pesar de que sus propiedades mecánicas son similares a la del hueso, resulta muy frágil para su uso como prótesis del tejido duro. No obstante, al facilitar el crecimiento de la óseo hacia el inferior del implante a través de los poros, la resistencia aumenta considerablemente, posibilitando que la hidroxiapatita sea efectiva en el relleno de defectos óseos o como suplemento de los injertos.

Vitrocerámicas.

Surgieron en 1967 fruto de la investigación multidisciplinar, a partir del descubrimiento del Bioglass se les denominó vidrios bioactivos y surgió un enorme por sus prometedoras aplicaciones biomédicas. Son cerámicas policristalinas obtenidas por cristalización controlada de vidrios, donde coexisten fases amorfas y cristalinas. La principal característica de los vidrios bioactivos es la de reaccionar químicamente con el medio fisiológico, formando un enlace fuerte y duradero con el tejido vivo. Poseen además excelentes propiedades térmicas y mecánicas en comparación con las cerámicas. Estos materiales han sido diseñados para aplicaciones clínicas específicas como la reparación de defectos óseos periodontales, reconstrucción maxilofacial, tratamientos terapéuticos de zonas afectadas por tumores, ortopedia.


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